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Después de pasar 24 secando con algo de peso encima, la cola debería cumplir su misión a la perfección. Ahora podemos hacer los detalles y encintar.
Lo primero es dar forma a la hoja. Lo más sencillo es darle forma solamente a la punta y dejar así una hoja recta y muy simple. Para la punta podemos hacer un corte recto en ángulo o trazar una pequeña curva del filo a la punta. Sea cual sea la forma que escojas, empieza trazando una guía en ambos lados de la hoja para asegurarte que te queda recto. Deja la punta plana o redondeada, con unos 2 cm de ancho.
Una vez cortado, haremos las guías para el filo. Yo suelo hacerlos a 1,50 cm en espadas de una mano y de 2,50 cm en mandobles, probad las que os sean más fáciles de hacer. De segunda guía, para hacer el ángulo, usaremos la propia línea entre las dos esterillas, siempre sin llegar a la esterilla central.
No hace falta que quede perfecto. Usad una hoja nueva para el cúter, bien afilada, y intentad mantener el ángulo en todo momento. Lo mejor es serrar lo menos posible, haciendo cortes largos sin subir y bajar la hoja, así se notarán menos desniveles.
Ahora llega el turno del encintado, empezando por el filo, haciendo pequeños cortes en los ángulos y curvas, para evitar que la cinta se pegue sobre sí misma.
Para pegarlo no lo haremos ni recorriendo de punta a base ni al revés, sino pegando a tramos, para evitar arrugas. Así que iremos plegándola sobre el filo a distancias de unos 5 cm,, moviendo los dedos desde el borde hacia en centro, siempre en perpendicular a la hoja, y luego hacemos lo mismo entre los huecos que hemos dejado.
La punta la vamos pegando trozo a trozo de esos que hemos cortado para evitar pliegues.
Y cubrimos el plano de la hoja con otra tira de cinta americana sin llegar a cubrir la punta, ya que eso supondría varias capas de cinta, y endurecería la espuma. Cuantas menos capas, mejor acolchado. Hacemos lo propio con la guarda, con la misma cinta o una de diferente color, a vuestro gusto.
Y ahora la empuñadura. Hay muchos materiales que se pueden utilizar para la empuñadura, pero esta vez usaremos cuerda. Para ello necesitamos la pistola termofusible y silicona. Iremos aplicando la silicona a medida que vayamos enrollando la cuerda para fijarla a la varilla, así que es posible que en este momento necesitéis ayuda de otra persona. Dad las capas de cuerda necesarias hasta que el grosor de la empuñadura os quede cómoda a la mano, aplicando silicona generosamente. Ahora cogeremos un trozo de espuma y lo pegaremos al final de la vara también con silicona.
Cogemos un trozo de coquilla o una tira de esterilla, y la pegamos alrededor, cubriendo el tope de espuma y un trozo de cuerda, y ése será el pomo de la espada.
Cubrimos el pomo con cinta americana (recordad, sólo una capa de cinta) y pasamos a cubrir la empuñadura. Encolamos bien la cuerda, dejamos secar un par de minutos y cogemos la tela o la polipiel. Aplicamos un poquito de cola por la cara interna y envolvemos la empuñadura, desde la guarda y sin cubrir el pomo.
Y ya tenemos nuestra espada terminada, con un resultado tal que así: